Para eliminar toda la suciedad que acumulan los toldos, bastará con cepillarlos con un cepillo de cerdas duras. Pero si el toldo o sombrilla está descolorida por el sol, mezcla una parte de amoniaco por cada seis de agua y frota con un cepillo. Luego, enjuaga bien con agua y déjalo secar desplegado.
Si quieres que se reaviven un poco los colores frota con un paño empapado en agua y vinagre a partes iguales. Y, si tu toldo tiene moho, acumulado gracias a la humedad frota con un cepillo mojado en agua y lejía la parte afectada. Posteriormente, aclara muy bien y déjalo secar.
Y no te olvides de la parte metálica que los sostiene porque también sufre las inclemencias del tiempo. De vez en cuando, úntale vaselina y conservarás esa zona en perfecto estado.